-quizás hay esperanza-pienso.
El jueves me enamoro, otra vez
de lo que sea, de una idea,
una frase, una canción
o de lo que no existe.
El viernes me consume.
El sábado desaparezco.
El domingo y el lunes
no saben a nada.
Y el martes me reseteo.
entre dudas y preguntas
la que no me suelta,
la que se me tatuó
sin permiso
sin avisar
es una y otra vez:
¿es este mi fondo?
¿no es suficiente?
y siempre, un poco más
cada tanto, en cuotas,
me vuelve a sacudir.